Flix: el artista urbano cuyo sueño es transformar Caracas

Venezuela ha sido fuertemente influenciada por culturas de todo el mundo ya que ha sido una tierra habitada por indígenas, mezclas de esclavos africanos, colonizadores españoles, etc.Caracas, su capital, se enorgullece de seguir siendo el centro donde todas esas culturas se encuentran, y para muchos, esto hace que la ciudad tenga un aire más progresista y moderno que el resto del país. Desde el primer momento en que aterricé en Maiquetía, supe que esa parte del Caribe sería el sitio perfecto para descubrir tanto por su gente, los colores y los sonidos del lugar.

Caracas es una ciudad latina, dinámica y atrayente donde el arte, la comida y la música están siempre vivos incluso en los lugares más inesperados. Su escenario cultural está en auge ya que una generación emergente de artistas está empezando a transformar sus ciudades. Un ejemplo de ello es Flix, un artista joven con un talento innato por el arte. Nacido y criado en Caracas, este venezolano sueña con transformar su sociedad a través de la cultura y el arte.

Flix se considera un constante observador. Cuando viaja a otros lugares fuera de la capital, analiza detenidamente cada elemento y espacio que confronta el paisaje  y, a la vez, los analiza y juega mentalmente con ellos creando futuras composiciones. Los elementos urbanos son el detonante para sus creaciones y son la clave de sus composiciones.

Cuando Flix escoge un espacio, busca que éste sea bien expedito o que sea un lugar sin ningún impedimento visual para los transeúntes. Tal como me comenta: “busco dejar una huella, transformar espacios olvidados y convertirlos en hitos o elementos llamativos del lugar”.

Su trabajo puede encontrarse tanto en semáforos, hidrantes, estructuras cilíndricas de concreto, barcos abandonados, vallas, paredes incluso en  fachadas como en el caso de la casa del pescador en la península de Paraguaná.

This Big City: ¿Cómo y cuándo comenzó tu pasión hacia el arte? 

Flix: Mi amor y pasión por el arte lo adquirí desde muy pequeño, gracias al íntimo contacto con mis padres, ambos familiarizados con actividades artísticas, tales como la fotografía, pintura y música.

Siempre me interesé por el arte de crear así es como tomé la decisión de estudiar Arquitectura y pude estar en contacto con diversas materias que me permitieron refinar y  desarrollar mi capacidad artística;  comprendiendo y abordando con mayor criterio, el espacio urbano, un mejor manejo de las proporciones, escalas y dimensiones.

El aprendizaje constante en lo que respecta a la  fotografía, que obtuve a través de las enseñanzas de mi padre,  me ha servido para educar mi enfoque de observador, logrando captar con cierta sensibilidad situaciones que podrían pasar desapercibidas para el común de las personas. La fotografía es muy importante, ya que me sirvo de ella para hacer la documentación y el registro de mis intervenciones debido a su carácter efímero en el tiempo y dinámico que presentan las ciudades.

Mi experiencia en las calles comienza en el año 2003, cuando empezó el conflicto bélico en Iraq. Para aquel entonces, en mi entorno había un clima de tristeza y repudio hacia la guerra y fue cuando decidí realizar varias calcomanías en contra de la violencia y algunos  afiches a favor de la paz. También realicé varias plantillas o stencils de tamaños más grandes con la intención de que el mensaje en la calle tuviese más contundencia y fuese más visible. Paralelamente a estas intervenciones, quise plasmar en la calle caracteres que simulaban híbridos de varias culturas ancestrales y elementos de la robótica a los cuales llamé robots tótem.

Me he fijado que la geometría junto con los colores del círculo cromático son la base de tus trabajos 

Desde pequeño la geometría me ha llamado mucho la atención; en mis primeros dibujos siempre predominaban líneas rectas, formas geométricas, composiciones con cuadrados, triángulos, círculos, etc.

Cuando cursé Arquitectura, a la hora de proyectar los planos, estructuras y fachadas, la geometría siempre estaba presente.

Y ahora, en el momento de plasmar mis obras en la calle, me siento bastante cómodo ya la geometría que me permite interactuar y adaptarme muy bien al entorno urbano, el cual está lleno de elementos ortogonales y geométricos.

Siempre he comentado con mis amigos que han viajado a otros continentes que la percepción del color en América Latina es muy distinta a la de otros países; en el sentido de que por las condiciones climáticas, la inclinación de Sol y diversos factores, los colores tienden a ser más vivos.

Caracas es una ciudad gris, dominada por el concreto que entristece y hace muy monótono el ambiente. Entonces, ¿por qué no aprovechar ese potencial, ventaja o bendición de la cual gozamos para inundar el entorno urbano de colores?

En cuanto a la paleta de colores, tiendo a utilizar los colores primarios, amarillo, azul y rojo, porque de cierta manera representan un de dónde vengo, ya que los colores de la bandera de Venezuela.

¿Estás experimentando con otras técnicas?

Yo estoy en constante evolución. Me gusta explorar y experimentar con nuevas técnicas, elementos y materiales.

Debido a la paranoia y a la inseguridad en la que vivimos, el paisaje urbano de Caracas está conformado por barreras físicas tales como las rejas, cercas y paredes que están proliferando en la ciudad. En la mayoría de los casos, estos elementos no hacen más que cuartar el libre tránsito y  se convierten en obstáculos visuales que suman más gris a la paleta de colores de la metrópolis.

Desde hacía tiempo, quería transformar estas rejas usando telas y cintas de colores solo para cambiar su apariencia. Y finalmente, encontré todos los materiales necesarios y creé la pieza que llamé “tejidos cromáticos urbanos”.

“I wanted a park.”

Desde tu punto de vista, ¿cómo se encuentra la escena del Street art y el graffiti en Venezuela y Sudamérica?

En las últimas décadas, estas expresiones han tenido más presencia en el espacio público convencional, lo cual ha generado la aceptación del street art y el grafiti en la sociedad. Los artistas urbanos han sido invitados formalmente a exponer sus trabajos ya sea en galerías de arte como en otros espacios expositivos; en este aspecto, las alcaldías y organismos privados han jugado un papel muy importante.

En lo que respecta a Sudamérica, específicamente en Brasil, Perú, Argentina y Colombia la escena del street art  y el Graffiti está mucho más movida, ya que constantemente se están realizando festivales internacionales, donde los artistas tiene la oportunidad de tener un feed back con gente de otros países y viceversa.

¿Por qué el Street art es tan importante?

El Street art lleva el arte a los espacios de la calle. La calle es el escenario donde convivimos diariamente y donde transitan personas de cualquier estrato social y a mi parecer, el street art contribuye a sensibilizar a todas esas personas. Mi intención es fisurar en la pisque del transeúnte, rompiendo paradigmas, y a la vez emitir un mensaje claro que de alguna manera sacuda o haga despertar a las personas, disolviendo un poco la monotonía de ese constante transitar.

Así entonces, ¿crees que Venezuela necesita más iniciativas urbanas para incentivar la cultura?

Por supuesto.  Necesitamos más iniciativas urbanas donde cada vez más se integre a las personas de las comunidades. El arte tiene que ser usado como herramienta de transformación de los espacios y como complemento indispensable para educar a la gente. Es necesario reconocer el arte como sensibilizador en contraposición con la falta de valores que existe en el entorno familiar.

¿Crees que tus obras cambian la percepción del espacio?

Pienso que sí, y te voy a citar un ejemplo de eso; unos postes medianos colocados  en las aceras de Plaza Altamira fueron instalados con la intención de sostener unos teléfonos públicos, los cuales nunca llegaron a instalarse; estos postes estuvieron alrededor de un año atravesados en las aceras sin cumplir ninguna función más que estorbar el libre tránsito de las personas. Fue entonces cuando tomé la iniciativa de intervenirlos, creando una especie de tótems urbanos. Pude observar en vivo, como la gente los fotografiaba y se preguntaba qué significaban.

Otra anécdota que me gustaría compartir fue la de la casa de René Hurtado, un pescador que vive en la Península de Paraguaná. Normalmente, suelo visitar una playa en Cabo de San Román, donde René tiene su casa. Durante años, observaba esa casa cuya fachada estaba conformada por retazos de madera viejos y grises.En uno de mis viajes, tomé la iniciativa de conocer al pescador que vivía detrás de ese collage hecho de metal y madera. Después de una larga conversación, le propuse hacer una intervención cromática en su fachada lo cual le gustó la idea y aceptó.

Una vez pintada, la casa de este pescador que antes pasaba desapercibida, se convirtió en un gran lienzo de cuadros de colores inmerso en ese hermoso paisaje, teniendo el mar como telón de fondo.

¿Qué efecto tienen tus obras en tu vida y qué efecto tiene tu vida en tus obras?

El efecto que tienen las obras en mi vida es muy placentero ya que al realizarlas puedo ver y sentir la realidad que me rodea transformada en algo más agradable, más armonioso y colorido; por otro lado, es muy gratificante cuando logro transformar positivamente los espacios de la ciudad. Sé que puedo hacer sonreír a la gente.

Mi vida tiene un gran efecto en mis obras ya que en ellas va plasmado todo ese imaginario que está dentro de mí, todo eso que voy aprendiendo y que voy tamizando a través de mis vivencias, mis deseos, mi sentir…

Flix piensa que es más importante la obra o el mensaje que la persona que está detrás de él, por esta razón se mantiene en anonimato.

Además, las intervenciones urbanas no son permitidas y podrían estar dentro de la ilegalidad, cosa que el artista no puede entender.

“Imagina un edificio vacío o un elemento abandonado en la calle que se encuentra olvidado por las mismas autoridades. Este podría ser transformado en otro que pudiera aportar asombro, un gran interrogante o por lo menos, robar una sonrisa a las personas que transitan la ciudad. Esto no se puede considerar vandalismo”.

El trabajo de Flix no solo se encuentra en Venezuela, sino que también ha tenido la oportunidad de pintar en otras ciudades Europeas tales como Berlín, Dresden, Londres, París, Barcelona y Madrid.


Tere García Alcaraz es una arquitecta de Barcelona y ha realizado trabajo de investigación en Ecuador, Venezuela, España y el Reino Unido. Actualmente vive en Londres.

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