Tres Formas de Mejorar Los Suburbios de EE.UU.

Si tan siquiera tienes una idea de la dirección general hacia la que los estudios urbanos se están dirigiendo, probablemente sabes que los suburbios son un nido de todas las cosas ineficientes, sucias y engreídas. Tiras de paquetes perdidos de suburbios deletrearon la ruina económica por presupuestos excedidos a través de los Estados Unidos de América, y todos esos garajes para dos autos significaron un siempre flotante gas en la atmósfera de nuestro planeta. Nos han dicho que los suburbios serán el final de nuestra grandeza, y la única forma de regresar al camino correcto es borrar el sueño americano y reemplazarlo por un tercer piso y un paso subterráneo.

Relativamente fácil, ¿no?

Pero modificar la forma de vida de cientos de millones de americanos no es tan fácil como simplemente cambiar sus gustos en la geografía. Por supuesto, las ciudades son más deseadas por los americanos jóvenes y creativos, ¿pero cuántos pueden darse el lujo de quedarse en la ciudad cuando empiezan una familia y tienen que mudarse de su estudio del tamaño de un clóset? Y puedes culpar a la pareja por querer un parche de verde sin que los despierte el sonido del autobús de basura y rebeldes a las 4 AM?

Los suburbios parecen el escape de las presiones de la vida urbana. Es la manera fácil de salir. La situación está entre caminar cinco cuadras en la suciedad y esperar un tren en un metro ya sea congelado o a punto de ebullición, pasar entre las multitudes y llegar a una tienda muy cara, o subirte a tu auto, manejar cinco minutos, y no tener que cargar tus víveres más de 60 pies. Sí, hay días cuando realmente quiero estar en los suburbios. Y sí, puedo oír el gruñido colectivo de mis duros amigos urbanistas.

Pero los suburbios están lejos de la perfección, respirando ineficiencias e inequidades económicas, ambientales y demográficas.  Sin embargo no se puede deconstruir, así que aquí hay una lista de problemas actuales y soluciones posibles para nuestros barrios en expansión:

1. Energía y aprovechamiento de recursos. Vivir verticalmente es relativamente fácil en la tierra: el agua caliente suele ser común, teniendo un tanque individual para cada 3 ó 4 personas. La distribución de energía es concentrada como la infraestructura del agua potable y calefacción, y hogares pequeños normalmente significan menos intensidad de uso de energía. También se está apretando a más gente en menos espacio permitiendo que los bienes y servicios sean esparcidos más eficientemente.

La mayoría de las eficiencias que pueden ser expulsadas de los suburbios son relacionadas con las mejoras en temas de transportación, pero aún hay terrenos por cubrir en la energía tecnológica inmóvil.  Calentadores solares de agua han sido instalados en los techos de más de 30 millones de viviendas en China y la tecnología ha llegado a tal punto que  los páneles operan hasta cuando el sol no está resplandeciente. Calefacción central, donde la temperatura de cientos de hogares puede ser regulada por una sola planta centralizada; eso ha sido adoptado por países en Europa y Asia, y las plantas  rápidamente se están cambiando de los combustibles fósiles en favor de la energía alternativa. La mejor parte es: ninguna de las dos tecnologías son altamente dependientes.  Puedes tener tu patio y arbustos recortados y vecinos entrometidos y aún poder calentar tu casa y las regaderas sin el inconveniente de la columna de humo de dióxido de carbono.

2. Degradación ambiental debido al Desarrollo.  Los edificios de  los suburbios dañan el ambiente por una razón muy simple: son nuevos. Aunque sean construidos a partir de una pizza reciclada por un equipo de construcción de indios vegetarianos y obtengas el LEED triple platino, edificios nuevos seguirán dejando una huella, y, como las conocidas teorías desgastadas, van usando siempre triunfos nuevos cuando se refieren al medio ambiente. Esos impactos negativos son magnificados cuando las empresas deciden construir en geografías que son, aparte de los millones de dólares en infraestructura, generalmente inhabitables. Miles de personas nunca fueron hechas para vivir en el desierto de Arizona, Nevada. Entonces ¿por qué estamos construyendo extensamente casas con un exuberante prado verde a las afueras de Las Vegas y Tucson? Bueno, porque seguimos comprándolos.

Otra vez el secreto para mejorar el medio ambiente esta en la economía. Cuando compras una casa en los suburbios, estás comprando una realización final, un producto de tabique y mortero y sudor e ingeniería sin tener que pagar por las externalidades asociadas con tu hogar – los kilómetros de tuberías de agua de succión de un acuífero, el cual trabaja excesivamente, el tramo de hormigón de tu garaje a una vía de acceso principal, etc. El no incluido (y a veces, no monetario) costo correcto en la forma de impuestos. El argumento generalmente ha sido enfocado en los conductores, quienes han estado pagando un mísero $0.184 en impuestos de gas al gobierno federal por dos décadas – hasta conservadores economistas dicen que eso ni siquiera empieza a capturar el costo de conducir.

¿Qué pasa si hacemos que los desarrolladores y los urbanistas paguen el costo real de ese inmaculado triángulo verde y cuarto de repuesto? Suena fríamente práctico, pero monetizar y penalizar por la degradación del medio ambiente es la única manera de realmente influenciar para que los desarrolladores y consumidores tomen acciones; si te quieres mudar a la mitad del desierto y esperar tener constante servicio de agua fresca donde no existe ninguna, entonces (y la firma que construyó tu casa) deberías pagar por más que sólo la infraestructura, deberías  pagar lo que verdaderamente cuesta todo el impacto ambiental en conjunto.

3.Transporte. Si hay una cosa que he aprendido sobre vivir en los suburbios de California es que conducir es una necesidad. El supermercado más cercano está a 1.5 millas de distancia, la escuela de mi hermano a otras 5, y la mayoría de los empleos entre 10 y 50. Existe un sistema de autobuses en las calles principales, lo que parece una bofetada en  la cara del planeamiento urbano o/y simple lógica, los residentes no viven en ninguna de las calles principales. El transporte en los suburbios no es un problema estructural, es un problema geográfico. Cuatro dólares por cada galón de gasolina no es suficiente para cambiar significativamente los hábitos de conducir ni es suficiente para alentar la búsqueda ambiciosa y ubicua de métodos alternativos de propulsión. El consenso general, sin embargo, es que la producción de petróleo llegará su máximo y comenzará un descenso relativamente rápido, sobre todo porque las economías de India, China y Brasil aumentan su demanda por el ligero dulce crudo. Los estadounidenses eventualmente estarán viendo que el barril de gasolina pasará a costar de diez o doce dólares –más que suficiente para  llevar a los fabricadores de automóviles hacia otra cosa más que la combustión de motores.

Hemos visto cómo las industrias titanes como Nissan y Chevrolet pueden hacer con relativamente modestos recortes de su presupuestos de Investigación y Desarrollo, también compañías boutique tales como Tesla y, mas recientemente, Fisker puede recortar totalmente de la nada en términos de vehículos eléctricos. Otros han experimentado vehículos con energía de hidrógeno, pero éstos son para nichos exclusivos.

Por supuesto, existe el argumento que el volumen de las emisiones y los residuos que se producen al fabricar nuevos automóviles, niega el efecto de cualquier vehículo con cero o bajas emisiones durante su vida útil. Pero a esta teoría le falta visión. Si la energía alternativa empieza a cambiar la posición del mercado con sus contrapartes de poderíos petroleros, entonces eventualmente se crea un segundo mercado que es necesariamente de cero impacto y permitirá a las comunidades dependientes del automóvil convertirse en saturaciones de autos amigables con el planeta.

Hay que reconocer que el juego está en el camino correcto, pero uno de los misterios de los fabricadores de automóviles es si éstos realmente pueden crear colectivamente más que sólo un nicho de vehículos. ¿Acaso un garaje para dos autos puede ser tan amenazador para el urbanista progresivo si estos albergan un Leaf o un Volt?

Estamos metidos en un lío cuando hablamos de la expansión suburbana, pero no es el tipo de problema que puede ser solucionado a través de demoler y construir todo otra vez. La huella de los suburbios durará por décadas en los Estados Unidos de América, y las personas continuarán yéndose de los bloques de departamentos a las casas tipo ranchos y coloniales por razones de costo y estética y salud, mientras simultáneamente se estará degradando el medio ambiente y llevando la infraestructura del país al límite. Las ineficiencias abundan, pero eliminar los suburbios no es la respuesta, ¡por más que eso es lo que quieras! Cambiar la cultura es una alternativa mucho más limpia.


Traducción por Sofía Amodio. Imágenes cortesía de ulybug y Stacy Lynn Baum en flickr