Gentrficación es un concepto que proviene de la palabra inglesa ‘gentry’ (alta burguesía). Es un proceso que pasa en todas ciudades con un desarrollo económico veloz como Paris, Londres, Barcelona y Berlín, la última siendo conocida como una joven, creativa y emergente metrópolis. Pero la realidad es que Berlineses están luchando en contra a la gentrificación.
Cuando el muro de Berlín cayó, los suburbios del oeste de la ciudad estaban prácticamente vacíos. Varios ciudadanos de la antigua Republica Democrática Alemana (RDA) dejaron sus casas par irse a trabajar en el Este. En aquel tiempo, jóvenes, inmigrantes, punks y artistas se fueron a vivir en aquellas cuadras vacías en dónde nadie más quería vivir. Crearon una sub-cultura que hoy en día es lo que atrae a varias otras personas. También crea una marca simbólica y atractiva que es usada por gobiernos locales como una atracción turística.
Entonces ahora, todos quieren vivir en Berlín, la ciudad en moda, en dónde el alquiler sube, bonitos pequeños cafés abren, tanto como restaurantes veganos y tiendas caras. La área está burguesificada y vecinos de toda la vida y aquellos que habían creado la esencia de la vecindad son forzados a irse porque no pueden costearse el nuevo estándar de vida.
Alemania ha pasado por situaciones de conflicto por sus intentos centrifúgales en lo que se llaman colectivos creativos. En la ciudad de Hamburgo, por ejemplo, grupos artistas han ocupado edificios en protesto contra planes urbanos; y en Berlín, el movimiento Spreeufer für alle periódicamente organiza demonstraciones contra Mediaspree, un grupo de inversiones que planea comprar edificios y tierra cerca del río Spree.
Los berlineses están intentando defender y conservar su ciudad con un espirito joven por medio de mantener el alquiler mucho mas bajas que en otras capitales Europeas como Londres o París. 85% de las personas viviendo en la capital alquilan y comparten una propiedad, mientras los otros 15% son dueños. La asociación de compañías de propiedades inmobiliarias en Berlín cree que aumentar los alquileres es necesario para adaptarse y llegar a niveles de por medio en Alemania.
Procesos de gentrificación siempre sigue caminos similares, pero nunca son idénticos.
En ciudades como Barcelona, por ejemplo, el proceso no fue tan claro como en Berlín. En la metrópolis Catalana, gentrificación fue percibida mas como parte de las Olimpiadas de 1992, cuando procesos similares fueron acompañados por grandes proyectos urbanos que elevaron precios en las áreas renovadas.
La Barceloneta, un barrio de pescadores, pasó por una gran transformación con la urbanización de sus playas. En un barrio en que solo vivían pescadores, alquileres rápidamente empezaron a inflarse, y el área quedó popular entre turistas. Parte de esto fue por el Fórum Universal de Culturas en 2004, un extravagante proyecto de desarrollo urbano que solo sirvió para rediseñar el barrio por completo y crear más comodidades para turistas, que incitó gastos e inversiones de afuera.
El mejoramiento de condiciones de vivienda de un barrio degradado normalmente no está destinado a sus habitantes. La felicidad de vivir en un lugar no es revaluada para quienes allí viven pero para aquellos que tienen que vivir allí. Gentrificación es, en parte, una consecuencia de la concepción de la ciudad como un negocio. El desarrollo de un barrio ha de ser un proceso mas social, democrático y sostenible hecho para y por personas.
Este interesante documental llamado Bye-bye Barcelona nos demuestra las consecuencias de estos desarrollos urbanos y como autoridades de Barcelona están situando el turismo como una estrategia central para el futuro de la ciudad.
Perfectamente ilustra lo que Jekaterina Balicka dijo:
“La comunidad fuerte de la ciudad, que no solo ha creado la Berlín contemporánea – uno de los ambientes urbanos mas agradables en Europa, también fue capaz de quedar firme frente a los cambios, que lógicamente siguieron su primera onda de gentrificación. Puedo reclamar que a Berlín no le gustan planos directores y soluciones de alta gama. Los casos de MediaSpree y Tempelhof Park ilustran como iniciativas locales forzaron los representantes políticos a incluir los intereses de habitantes y planes de desarrollo flexibles en las estrategias de desarrollo a largo-plazo. Esto es lo que podemos aprender de Berlín.”