El mes pasado tuve la oportunidad de darle una visita de un mes a mi ciudad natal Long Beach, California. La ciudad, aproximadamente 25 millas al sur de Downtown Los Angeles, es un estudio en contrastes. Algunos distritos ricos junto al mar compiten con la opulencia del vecino al sur, Orange County. Pero eso no es por lo que somos famosos. Somos famosos por nuestros ghettos, cuyas calles mezquinas crearon una generación de pandillas violentas y de drogadictos. Tal vez el mas fomoso hijo nativo de nuestra ciudad, Snoop Dogg, encontró las mejores palabras cuando describió estos barrios: “Tanto drama en el LBC.”
Han habido varios mejoramientos en la ciudad, y el crimen ha sido reducido continuamente durante la ultima década – en 2013 la ciudad tubo las tasas más bajas de crimen violento en 41 años. Pero muchas partes de la ciudad aún son bastante difíciles. Al llegar en la ciudad descubrí que mi padre justamente había sentido algo del sabor de la parte más oscura de la ciudad – aunque por suerte fue desde la seguridad de un banco jurado. Fue fijado para un servicio de jurado y acabó trabajando en un caso de un brutal y frío asesinato de un hombre sin hogar mientras dormía sobre un banco de espera para el bus a las tres de la mañana. Mi padre quedó agitado por esto. Fue lo suficiente para hacerle parar de tomar cafeína, y si conoces a mi padre sabes que eso significa bastante.
Todos pueden concordar que queremos lo menos posible de este tipo de eventos. Y por la mayor parte, prevención (en forma de una policía bien armada) es la manera en que las ciudades en el mundo responden. Lógicamente, por razones practicas, esto siempre será necesario. Pero que pasa si no fuera solamente la policía pero las mentes creativas de las ciudades del mundo que se juntaran para crear un ambiente urbano que disuade acciones violentas y hacer la ciudad mas atractiva al mismo tiempo? Por si acaso, Long Beach ha estado haciendo exactamente esto.
Empezando en 2010, el Consejo de las Artes de la ciudad, la alcaldía, y la ahora suspendida Agencia para la Reconstrucción de California se juntaron para encargar un distintivo nuevo projecto. Miraron alrededor de la ciudad y encontraron que había un gran numero de cajas eléctricas en blanco común de por medio 1.8 metros (6 feet) de altura y 90 centimetros por 90 centimentros alrededor. En vez de dejar estas cajas en un aburrido y feo blanco, ¿por qué no contratar artistas locales para que pinten trabajos únicos en cada una?
El programa fue capaz de pintar un numero dignificante de las blancas cajas eléctricas en la ciudad. Varios artistas escogieron temas de la historia de la ciudad: uno representa tranvías del Pacific Electric Railway ya fallecido hace tiempo, otros reflejan el ambiente natural de palmas, gaviotas y playas, y otro (cuyos artistas juntaron la foto del lapso de tiempo bajo du proceso de pintura) honora músicos de jazz de una era ya pasada.
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El espacio de este proyecto parece haber ralentizado desde que el estado canceló el programa de la agencia, afectando a ciudades en todo el estado. Pero este programa también parece haber engredado varias similares iniciativas por grande Los Angeles – grupos como LA Commons han financiado projectos para murales en cajas eléctricas en barrios como Boyle Heights, East Hollywood, y Palms.
El programa ha sido aplicado tanto en barrios ricos como pobres y no hay duda de que en las mejores partes de la ciudad ha aumentado el ya alto atractivo estético, tal vez también haciendo estas áreas más distintivas. Pero una pregunta permanece: en las calles siniestras de los barrios mas difíciles de Long Beach, podrá este proyecto mejorar la situación?
Personas orientadas más prácticamente tal vez serán inclinadas a responder con un resonante “no.” Que bien puede hacer un ridículo y pequeño proyecto de arte para resolver problemas serios como el crimen?
Como fue mencionado antes, este programa no es un substituto para formas convencionales para resolver el crimen ni para una policía efectiva y responsable. Pero crear ambientes mas seguros no puede ser visto solo como sacar a la gente mala sino también tiene que dar más lugar para crear más gente buena. Dos maneras de hacer esto son de dar a la gente un camino adelante que no lleve a una vida de crimen y hacer los lugares en que viven algo mejor de verse. Y estos trabajos de arte sobre cajas eléctricas de la ciudad ayudan a hacer justamente esto.
Primero que todo ayudan a crear trabajo para gente que de otra forma tendrían dificultades para ganarse la vida. Mas crucialmente, crean un aspecto mas atractivo entre el paisaje de otra forma poco atrayente de ciertas áreas. Esto le da a la gente algo por lo que se vale luchar y también construye una comunidad.
Claro, hay muchos crímenes que este programa no va a parar. Lamentablemente, no ha salvado a aquel pobre viejo hombre sobre el banco de espera al bus. Pero al mirar a la diminución de crímenes en la ciudad no puedo no pensar que este programa, de su propia forma pequeña, ha contribuido su parte.
Drew Reed es productor de media online y activista comunitario especializado en transporte sustentable. Vive en Buenos Aires.
Traducción por Kim Carlotta von Schönfeld
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