Iluminando Lyon: Colaboraciones inovadoras para transformar la ciudad
Cada año, alrededor del 8 de diciembre, la ciudad de Lyon, Francia se transforma en una instalación artística de tamaño natural. Se trata de la Fête des Lumières, o Festival de las Luces, un evento mundialmente famoso que exhibe instalaciones artísticas in-situ utilizando luces como material y medio para transformas edificios, calles y espacios públicos en toda la ciudad.
De la tradición a la (re)construcción de una marca ciudad
El Festival de las Luces tiene su origen en la tradición local y en la historia. Se cree que la ciudad de Lyon, amenazada por el brote de una plaga a mitad del siglo XVII, fue salvada por la protección de la Virgen María. Mucho después, con el propósito de conmemorar la protección de María, se encargó la construcción de una escultura que adornara la Basílica de Fourvière. Fue abierta al público el 8 de diciembre de 1852, acompañada de habitantes de toda la comunidad que, para expresar su gratitud, encendieron velas en sus ventanas. Esto se convirtió en una tradición que sobrevive hasta nuestros días.
Al crecer en un suburbio de Lyon, tengo recuerdos afectuosos de esa época del año. Recuerdo ayudar a encender las velas y colocarlas alrededor de nuestro balcón al caer la noche. Recuerdo mirar los alrededores y contemplar el barrio iluminarse gradualmente con cada vela que los vecinos iban prendiendo. En aquel entonces, el invierno era más duro y a veces nevaba en estas fechas, lo que volvía aún más mágica la atmósfera del entorno.
A través de los últimos diez años, el Festival de las Luces ha pasado de ser una tradición local para convertise en una atracción que reúne multitudes provenientes de todo el país y del extranjero. El Ayuntamiento de Lyon ha trabajado mucho para lograr que este festival reconstruya la marca ciudad de Lyon – anteriormente conocida por su gastronomía y patrimonio cultural – en un centro de inovación y creatividad y en una destinación urbana prometedora. Y ha funcionado bien. Ahora, millones de visitantes visitan Lyon gracias al Festival de las Luces, y es la causa única de la temporada alta de Air BnB en la ciudad, donde los habitantes rentan sus cuartos de sobra a visitantes que necesitan hospedaje. Esto es posible gracias a la combinación de visión creativa, tecnología de vanguardia y transformación urbana emergente.
Cuando el arte y la tecnología se encuentran
El Festival de las Luces reúne a artistas, compañías del sector privado, así como a autoridades de la ciudad y de la metrópoli, permitiendo obras de arte e instalaciones que son a la vez creativamente emocionantes y tecnológicamente inovadoras.
La instalación Incandescence es un buen ejemplo de lo que pasa cuando se reúnen a estos diferentes actores, con sus propias ideas, especialidades y experiencia. La artista emergente Séverine Fontaine fue quien imaginó el concepto inicial, y trabajó con su propia compañía de escenografía (Comagnie IKB) así como con la compañía de luces Airstar para convertirlo en realidad. Esto fue logrado con soporte técnico adicional de Philips, gigante de la tecnología y socio del Festival desde hace un largo tiempo, así como también de Seet Europole, una compañía con vasta experiencia en tecnologías de iluminación.
Pero la colaboración fue sobre algo más que traducir un concepto de arte en un objeto conectado. Séverine Fontaine cree fuertemente que el proceso creativo se enriquece al trabajar con compañas del sector privado y al confrontar diferentes puntos de vista y maneras de trabajar. Para esta pieza, sus ideas iniciales evolucionaron al trabajar a lado de ingenieros y técnicos, haciendo que el proceso creativo sea colaborativo.
Transformación urbana emergente
¿Cuál fue el resultado? Una instalación monumental, hecha de una bombilla incandescente de 11 metros de altura rodeada de otras más pequeñas de todas formas y tamaños, posadas sobre las Terrasses de la Guillotière – un paseo recientemente regenerado a orillas del río Rhône.
Equipadas con la tecnología de iluminación de Philip’s Color Kinetics, las esculturas cobran vida mientras se iluminan y palpitan al ritmo de la música de acompañamiento – un vibrante show de luz y sonido. Usando luces vibradoras y música, la instalación busca cambiar lo que los asisentes perciben de la orilla del río creando sombras que se mueven en el suelo y en el río. Esto contribuye a una transformación de los alrededores, aunque sea temporalmente.
En este sentido, a pesar de los tremendos cambios a lo largo de los últimos diez años y a pesar también del flujo de visitantes (que frecuentemente genera quejas entre los habitantes locales), el Festival de las Luces ha logrado conservar mis recuerdos de la infancia. Ha mantenido su habilidad para transformar la ciudad, una instalación a la vez.