Quizás el que haya crecido en el campo en Gales (excusa que uso en repetidas ocasiones) me enseñó que una máquina expendedora es algo que usas para comprar una bebida, unas frituras o una dosis de azúcar recargada. Por eso, cada vez que veo una máquina que ofrece desodorante o calcetines me emociono mucho ya que mi cabeza no puede hacer una relación directa entre el calcetín y la máquina. Sin embargo, no fue hasta que leí este artículo que quedé anonadado sobre lo que puede hacer una máquina expendedora.
La foto anterior puede que no muestre nada innovador. Podemos apreciar una máquina con una ranura para el dinero y una apertura algo más grande para otra cosa. Aun así, esta no es una máquina común, no, esta es una máquina que opera a la inversa que las que conocemos comúnmente. Funciona de manera que los ciudadanos ingresan una botella de plástico vacia y después reciben un pequeño pago por su botella. De acuerdo con el director de la compañía, Chang Tao, encargada de crear dicho concepto, en dos años la ciudad de Shanghai tendrá alrededor de 2,000 de estas máquinas.
Dicha máquina me hizo recordad otra que vi cuando estaba en Bogotá en Colombia.
Se trata de City Capsula. Esta “capsula”, propiedad de City Bogotá-un canal de televisión local- permite que los ciudadanos se graben con la oportunidad de salir en la televisión. Las capsulas se encuentran en varias partes de la ciudad y ofrecen la escapada perfecta para reportar cualquier cosa importante que esté ocurriendo en la ciudad.
Nuestra siguiente victima es sin duda una peculiar. Se trata de una máquina expendedora que provee llantas a las victimas de ponchaduras viales. ¿Qué se necesita? 7 euros, el tamaño de llanta, vivir en Berlín y ¡voilá! Aun así, la máquina no ofrece consejo, ni las habilidades para hacer el cambio….
La imagen anterior entra en territorio salvaje o una dimensión desconocida. Pero la máquina es tan real, que los habitantes de Tokyo hacen uso de ella con suma frecuencia. Se trata de una máquina que provee de huevos frescos al usuario sin la necesidad de interactuar con humanos o mejor aun, con gallinas.
Y bueno, la lista continua y normalmente va ligado con estereotipos culturales. Ya saben, esta máquina de baguettes que por su naturaleza es fácil adivinar dónde se encuentran.